La FANB controla la producción y distribución de alimentos -en grave escasez-, una empresa petrominera propia, una televisora, un banco, una ensambladora de vehículos y una constructora.
Es un “gobierno militar (…) o en todo caso uno en que conviven civiles y militares con preponderancia militar”, dijo a AFP Luis Alberto Buttó, experto en temas castrenses.
Para el analista Benigno Alarcón, al menguar su electorado, Maduro decidió conservar el poder “por la fuerza” y “comprar la lealtad” de quienes se lo garantizan. Ocho de cada diez venezolanos rechazan su gestión, según Datanálisis.
Venezuela tiene 365.315 efectivos, según la privada Red de Seguridad y Defensa de América Latina, y 500.000 milicianos civiles.
El general en retiro Clíver Alcalá, chavista crítico de Maduro, sostiene que Venezuela solo requiere un quinto de sus 1.000 generales.
Desde 2003 fueron detenidos 92 militares acusados de conspiración (34 en 2018), según la ONG Justicia Venezolana. En marzo, Maduro degradó y expulsó a 24 oficiales, la mayoría presos o exiliados.
Unos 10.000 efectivos pidieron la baja desde 2015, estima Control Ciudadano.