Venezuela está en un laberinto del que será difícil salir. Es un laberinto de muchos recovecos y riesgos, dóode están metidos muchísimos actores. Estar conscientes de ese obstáculo es el primer paso para encontrar una salida – que estará siempre a medio camino entre los principios y la realidad.
Los principios son establecer, al contrario de lo que dicen los cómplices de la dictadura, que Juan Guaidó no se “autoproclamó” presidente: la mayoría parlamentaria lo instó a asumir la presidencia de Venezuela, de acuerdo al artículo 288 de la Constitución promulgada (¡ojo!) por el propio chavismo. Al cesar automáticamente el régimen de Nicolás Maduro el 9 de enero y no teniendo legitimidad alguna la elección presidencial del pasado mayo, el único presidente legítimo es Guaidó. En los hechos, es Maduro quien está usurpando la presidencia.