Gustavo Tovar Arroyo: “Maduro es la versión más putrefacta del chavismo”

Gustavo Tovar Arroyo: “Maduro es la versión más putrefacta del chavismo” 1

Gustavo Tovar Arroyo es uno de los millones de venezolanos que se debieron exiliar a causa del régimen de Nicolás Maduro. Escritor y poeta de oficio, Trovar produjo, dirigió y escribió un documental sobre el chavismo y sus efectos para el país caribeño. Chavismo: La peste del siglo XXI se estrenó el año pasado y ya cuenta con más de 1 millón de reproducciones en Youtube.

Con el fin de contar la historia de Chávez, Maduro y sus políticas, Tovar entrevistó a decenas de políticos, académicos, periodistas y escritores conocidos mundial.

El documental contó con la participación de figuras venezolanas mundialmente conocidas como el economista Ricardo Hausmann, el consultor político J.J. Rendón, la abogada de DD.HH. Tamara Suju, la activista y ex diputada María Corina Machado, y el periodista Miguel Henrique Otero de El Nacional, entre otros. Estas figuras se encuentran, en su mayoría, en el exilio por haber sido perseguido por el régimen chavista, a pesar de que algunos apoyaron a ciertas medidas de Chávez cuando este comenzó su carrera política.

Tovar cuenta que fue perseguido por la dictadura chavista durante la filmación del documental, y cuenta que este ha tenido grandes repercusiones a nivel mundial, pero también dentro de Venezuela.

Además, Tovar Arroyo cuenta que para él fue muy importante darle una voz alos presidentes y personajes políticos que interactuaron el Chávez cuando este estaba en el poder. En el largometraje, participan los ex-presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón de México, Oscar Arias de Costa Rica (que además ganó el Premio Nobel de la Paz en 1987), Andrés Pastrana de Colombia, José María Aznar de España. Cada uno cuenta su opinión personal de Chávez y el régimen que dejó en Venezuela, todas mayormente críticas.

El documental fue creado para exponer “el desastre trágico y criminal” que dejo el chavismo en Venezuela. El documentalista explicó que no busca lucrarse por el documental, por lo que carece de derechos de autor y permite la reproducción libre de este y abre la posibilidad de compartirlo en todas las páginas de internet y cuentas de Youtube.

Otros personaje interesantes que dan su opinión son el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el escritor ganador del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

-Cuénteme de usted. ¿Por qué hizo este documental?

— Soy un venezolano común y corriente que en el año 2002 caminaba en una protesta contra el presidente Hugo Chávez y el hijo de un gran amigo fue asesinado con un disparo en la cabeza. Eso fue en la fecha del 11 de abril del 2002 y yo creo que -como rescata Marguerite Yourcenar en las Memorias de Adriano– uno nace cuando lanza su primera mirada inteligente al mundo. Yo creo que yo nací como un venezolano comprometido con su historia y su futuro ese dramático día. Yo soy poeta, ahora soy documentalista y básicamente lo que he intento a través de mis escritos, de mis críticas y de mi activismo es dejar una huella de sensibilidad y conciencia sobre el horror histórico e inédito que está viviendo Venezuela a raíz del comunismo y de esto que yo llamo la peste chavista.

—¿Qué lo llevó a hacer este documental?

— El documental nace como una respuesta artística a un horror personal que viví. Yo tengo una fundación que enseña derechos humanos y activismo no violento con el de Gandhi y Luther King en Venezuela, y la directora de esa fundación fue acusada igual que yo de insurrección y de conspiración y de todas estas barbaridades que de manera tan irresponsable y criminal el chavismo acusa a sus disidentes a sus opositores. Las fuerzas criminales de la policía política en Venezuela la persiguieron para encarcelarla y en la persecución, persiguieron también a su hijo. Su hijo andaba en moto, y un día, ante el acorralamiento de esta policía, él perdió el control de la moto y tuvo un accidente y murió. Ante ese horror y esa tristeza yo pensé profundamente cómo responder a ese daño, a este crimen que seguramente iba a quedar impune. No sólo frente a la actualidad del momento, pero sino también ante futura generación y pensé en hacer un documental que no sólo que mostrase el horror, la ruina que el chavismo nos había causado, sino el peligro que ese chavismo representaba para otras sociedades, -entre ella la argentina, la mexicana, la colombiana- porque se convirtió en un modelo criminal. Entonces, el sufrimiento que me causó la muerte del hijo de una gran amiga y la directora de mi fundación fue como el origen inspirador, el parto desde el dolor hacia una idea de conciencia y sensibilidad sobre el drama venezolano.

— ¿Cuántas personas han visto el documental?

— En 90 minutos intentamos recoger el drama de un país que ha vivido 20 años de ruina. Eso fue un proceso muy difícil, de muchísimo trabajo, nos tomó casi tres años completarlo y hemos tenido la sorpresa y la satisfacción de ver que ha sido visto ya por diferentes canales de Youtube, sobrepasamos los 6 millones de visiones completas. Eso es importante destacarlo: completas. Probablemente haya gente que la vio dos o tres veces, puede ser, pero tenemos más de 6 millones de vistas completas y casi 11 millones de vistas. Eso es inédito también en un documental político histórico de América Latina, entonces se ha dado en teatros de 27 países, en casi 70 ciudades, en universidades, en la asamblea nacional de Venezuela, en el Congreso de Argentina tuvo una presentación. Yo no pude asistir pero un grupo de diputados tuvo la iniciativa de presentarlo para que otro grupo de diputados lo viera y fue muy bien acogido. Fue presentado en los congresos de España, Italia, en el Parlamento europeo, en el congreso de Ecuador, México, y Uruguay también. Ha sido presentado en muchos congresos e instituciones públicas de varios países pero también en Universidad en Harvard, entre otras. Ha sido un gran recibimiento y te comento algo: la sorpresa deriva también de que mucha gente dice “no sabíamos” y “eso es muy sorprendente”, porque uno puede pensar como venezolano que todo el mundo está enterado del drama que hemos vivido pero mucha gente dice: “Oye, no sabíamos que era tan grave.”

— En el documental, entrevista a muchas figuras venezolanas reconocidas que están en el exilio, como usted, pero también a algunas figuras de la política internacional. ¿Por qué eligió a esas personas?

— Yo estoy viviendo en los Estados Unidos, en un exilio político porque me han acusado de todo y de nada. Las más escandalosas acusaciones que el chavismo puede dirimir en gran medida me han alcanzado a mí. Me acusan de conspirador, traidor, terrorista, de cualquier cosa, y eso obviamente me obligó a salir.

El origen de la idea conceptual de la palabra peste o plaga viene de la experiencia en Egipto que vivieron los judíos y que obligó a Moisés al famosísimo éxodo para librarse de las plagas, de Egipto, y he concebido o he interpretado que en Venezuela el chavismo es una plaga ideología, no biológica, no química, no natural, sino ideología, porque el chavismo recoge como idea todos los males de la postmodernidad. Es decir el chavismo es una reunión de tiranía con narcotráfico, con fundamentalismo islámico, con terrorismo, con una combinación de elementos que permite la violación de los derechos humanos de manera impune. El chavismo recoge todos los daños que la postmodernidad ha reconocido y que ha combatido de manera tan decidida, en Europa, en Estados Unidos, en África, en Asia, y los representa, los encarna a todos y llegó al poder, esa peste del mal del daño, inédita en la historia de América de nuestra fundación, que ha causado muerte, dolor, tristeza, hambruna, enfermedad, provocó lo que tú llamas el exilio, que para mí es un éxodo de la posmodernidad actual. Tomando en cuenta que Venezuela es el país más rico de la región, en recursos naturales quiero decir, es inconcebible que el país esté padeciendo un éxodo de esta envergadura, entonces el tema del éxodo o del exilio obligado, están huyendo de esta plaga de terror, de daño, ruina y devastación que les ha causado no sólo muerte sino persecución, criminalidad, en fin.

En el documental intenté entrevistar no sólo a exiliados, aunque los hay, si recuerdas yo entrevisté a los pensadores más reconocidos de nuestro tiempo, entre ellos está Mario Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, hay personalidades, está el primer premio Nobel de la Paz Oscar Arias y ex presidente de Costa Rica, o sea yo traté que aquellos presidentes que había tratado Chávez expusieran sus ideas sobre lo que era el chavismo pero también a víctimas del chavismo venezolano que algunos están en el exilio, pero algunos estuvieron presos, algunos fueron torturados, y algunos han escapado de la cárcel. Por último también recordarás entrevisté para mí era muy importante al pueblo llano, porque existe el mito, que yo desenmascaro en el documental, de que el chavismo era un movimiento popular. Eso es una falacia, una gran mentira. Los grandes afectados y los grandes opositores son las clases más necesitadas y las clases populares venezolanas. Y ahí tú ves en a la gente del pueblo llano que yo entrevisto en la calle, de manera arbitraria, casual, por llamarlo de algún modo, y ellos exponen lo que para ellos representó el chavismo.

— ¿Podría decir entonces que el chavismo es un movimiento populista sin ser popular?

— Yo creo que el chavismo rebalsa el populismo, y es un movimiento criminal que obviamente no es popular, tuvo su auge populista al principio con la emersión de Hugo Chávez. Como recogemos en el documental, con el incremento de los precios petroleros -Chávez recibió el barril de petróleo a 7 dólares y lo llegó a tener a 150- obviamente ser el tío rico de una región y de un país te hace popular, pero en el fondo el chavismo nace con un crimen que es el golpe de estado de 1992 y llega al poder y se constituye en el poder como una burocracia criminal, que inició siendo populista pero terminó siendo profundamente criminal y dictatorial.

— En Argentina tuvimos a un conocido presidente, Juan Domingo Perón, que es odiado por varios y venerado por muchos. Pero entre otras cosas, fue un político que ganó las elecciones todas las veces que se presentó. Por eso, entre otras cosas, aquí nadie lo tilda de dictador. Chávez ganó todas las veces que se presentó en las elecciones presidenciales, e incluso su partido ganó en elecciones regionales y de la asamblea nacional. De hecho, muy pocas veces perdió alguna de las 14 elecciones que tuvo. En ese sentido, ¿usted considera que Chávez es un dictador?

— A ver, también en el documental hay un segmento que habla de cómo los chavistas secuestraron el sistema electoral, y los secuestraron a través de un personaje que hoy se ha convertido en el Rasputín de nuestra era, que es Jorge Rodríguez, y que no sólo por ser patético es perverso. Es un personaje muy siniestro que secuestró el sistema electoral. Entonces hay una gran ficción en torno a las victorias de Chávez. Chávez fue derrotado y yo participé en el equipo estratégico de esa derrota en el 2007. Una sola vez porque nosotros nos organizamos de modo que Chávez tuviese que verse obligado a reconocer la derrota porque teníamos cientos de miles de jóvenes en las calles esperando que no nos quisieran robar. Eso no lo hizo nunca la oposición y eso fue al final un acuerdo político: ellos aceptaban la derrota, entre comillas, alterando los números, si nosotros decíamos que era una derrota pequeña, que nosotros sabíamos que no lo era. Entonces el sistema electoral en Venezuela siempre estuvo secuestrado y manipulado por el chavismo y en ese sentido Chávez no sólo fue un dictador, fue un tirano criminal, ni siquiera en el marco de las dictaduras ortodoxas que nosotros conocimos en las Américas. Él era un militar criminal. En el gobierno de Hugo Chávez, Venezuela gastó miles de millones de dólares en armamento militar. Que la Argentina y América Latina sepan que en Venezuela las armas venezolanas desde 1830, desde que somos una república independiente, sólo se han usado contra los venezolanos.

— ¿Qué piensa usted sobre el régimen de Maduro y su manipulación de las elecciones? ¿Qué posibilidades hay de que él se vaya antes del 2024, ya sea a través de los esfuerzos de Juan Guaidó o de quién sea que lo pueda sacar?

— Maduro es la versión más putrefacta del chavismo. Es decir, cuando te hablaba de que el chavismo es una reunión de crímenes posmodernos como es el narcotráfico, la corrupción, la violación de los derechos humanos, la tortura, todo eso lo representa él. O sea, es la maldad chavista, es un usurpador que llegó a la presidencia robando las elecciones y ha intentado permanecer en esa presidencia usurpando, creando unas elecciones fingidas que a destiempo manipuladas y controladas por su régimen, él no tendría que salir en el 2024, él tiene que salir mañana. El gran esfuerzo, el gran reto, el gran desafío de la población venezolana es organizarse para causar una gran rebelión popular, la gran rebelión popular del siglo XXI protagonizada por el pueblo de Venezuela en pleno. Maduro es un usurpador, es la versión más dañina de la putrefacción criminal chavista. Sus hijos son narcotraficantes, su hijo es un corrupto reconocido mundialmente vinculado con el terrorismo y las causas más dañinas de la posmodernidad. Ha usurpado el poder y no creo que haya elección posible que pueda sacarlo de ahí sin que haya una gran rebelión popular, una gran insurrección nacional que lo arrincone y lo saque del poder.

— Usted habla de la revolución, pero una de las grandes críticas que hay hoy por hoy en Venezuela es que, dado ha que se han ido más de 4 millones de personas del país, la gente que hubiese podido hacer esa revolución y que la intento hacer en 2007, 2014, 2016, 2017, ya no está presente en Venezuela. Entonces se le hace muy difícil al presidente interino Guaidó convocar gente de manera suficientemente masiva para tener efecto real. E incluso cuando ha logrado convocar grandes masas, como lo hizo el 23 de enero o el 30 de abril de este año, existen pocas posibilidades de que una rebelión popular en la calle pueda tumbar a Maduro. ¿No es así?

— Yo no estoy de acuerdo con eso. Yo creo que una rebelión popular está vigente. La historia nos ha educado que desde las pirámides, desde la antigüedad, la Edad Media y hasta nuestros tiempos cuando el pueblo que es el que constituye poder y lo llamaba Trotski el “poder constituyente” ocupa los poderes usurpados por la tiranía en aquel momento, pues los palacios, los castillos, los palacios populares, o la asamblea nacional como ocurrió en la revolución francesa. Cuando el pueblo organizado ocupa el poder constituido usurpado por un dictador, esto no puede ocurrir, y la historia también nos educa en algo muy importante: la ira popular organizada erradica todas las formas de tiranía posible. Yo estoy convencido que eso que piensan que es la pasividad de la población que para mí no existe como tal, sino que no ha sido conducida a erradicar del poder al chavismo y a los usurpadores, no ha sido dirigida. Obviamente están aburridos de que los manden a manifestar o a protestar de manera inocua, ellos quieren salir de la tiranía. Yo estoy convencido de que esa rabia popular una vez que se dirija a la erradicación de la cúpula criminal no hay manera de que sea detenida, el tema es que no ha habido ni la madurez política, ni la dirección política para que eso ocurriese así. Y además nunca antes habíamos tenido tantos gobiernos aliados; se cuenta hasta 60 gobiernos aliados que del mundo que son los más importantes gobiernos del mundo, no son ni estados forajidos, si no tienes a Europa en pleno, América Latina en pleno, con la excepción de México y Uruguay.

— ¿Pero entonces usted confía en el liderazgo de Juan Guaidó?

— Confío plenamente en el liderazgo de Juan Guaidó, a quien conozco desde que tiene 18 años. El formó parte del movimiento estudiantil que de alguna manera yo motivé a que luchara por los derechos humanos y la lucha no violenta. Lo conozco muy bien, creo que es el líder de una generación que surgió para liderar la libertad de Venezuela contra el chavismo, siento que ha recibido muchas presiones. Presiones políticas nacionales, también presiones como la del grupo de contacto, pero estoy convencido de que él sabe que es urgente la gran insurrección nacional no violenta y estoy convencido de que lo va a hacer, pero insisto son muchos los factores que presionan en diferentes direcciones y sin embargo él ha mantenido la línea en dirección inequívoca hacia la libertad. Para mí fue un grave error el diálogo de Noruega, gravísimo error, pero creo que ellos mismos están entendiendo que para ellos era un trámite que ya han completado, viene el proceso de la movilización social y política por la libertad.

— ¿Cuál es el mensaje que nos deja su documental?

— Que se le causó a una nación muy noble y libertadora la llaga que permanece abierta, más terrible e inconcebible de la historia de las Américas. Esto es el drama genocida más abrumador y por tanto difícil de solucionar que hayamos vivido jamás en nuestro continente, y creo que la lección todavía no ha sido completamente razonada ni hemos generado la sensibilidad, ni la conciencia que merece. En otros casos, como el el Holocausto alemán, si se lo comprendió, o el fascismo italiano o el comunismo soviético o el comunismo chino. Creo que todavía no hemos logrado levantar la conciencia del mundo, ni de la historia, en torno al horripilante daño que en Venezuela se causó y por eso estoy trabajando en unos nuevos documentales.

—¿Qué proyectos tiene a futuro?

—Tengo varios proyectos. Uno que va a narrar los crímenes de lesa humanidad que han ocurrido en Venezuela y toda la crisis humanitaria, donde una parte va a derivar sobre el tema del éxodo. Hay otro proyecto en la que quiero enaltecer la lucha de los jóvenes porque en Venezuela, como se refleja en el documental, los niños se han rebelado de manera a veces surrealista y de otros modos heroicos contra el régimen criminal, asesino y metálico que representa el chavismo y de ellos quiero como enaltecer su lucha. Muchos de ellos murieron en manos de los asesinos chavistas y las balas, los gases y los atropellamientos militares del chavismo y quiero como enaltecer ese esfuerzo de unos niños que querían o tenían un sueño de libertad.