Por qué la ONU incluyó al régimen de Maduro en el Consejo de DDHH pese a las torturas y persecución en Venezuela

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Este jueves 17 de octubre la Organización de Naciones Unidas (ONU) quedó nuevamente en el centro de la polémica. Pese al esfuerzo que realizó gran parte de la comunidad internacional los días previos, el organismo eligió a Venezuela como integrante del Consejo de los Derechos Humanos. Decisión, por lo menos, contradictoria. Para tomar dimensión de esto, cabe recordar lo que denunciaba meses atrás el propio organismo. En julio pasado, la alta comisionada para los derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, luego de visitar Venezuela, donde mantuvo reuniones privadas tanto con Nicolás Maduro como con Juan Guaidó, publicó un severo informe en el que denunció, entre otras cuestiones, que en el último año y medio el régimen chavista llevó a cabo cerca de 7.000 ejecuciones extrajudiciales. Y aclaró: la gran mayoría de esas muertes fueron responsabilidad de las fuerzas de seguridad chavistas.

El reporte de 18 páginas indicó que durante más de un decenio en el país caribeño se implementaron una serie de leyes y políticas que “restringieron el espacio democrático, debilitado las instituciones públicas y menoscabado la independencia del poder judicial”. Bachelet también hizo foco en la crisis sanitaria y migratoria y advirtió que, de continuar la situación, aumentará el éxodo “sin precedentes de emigrantes y refugiados”, que ya supera los cuatro millones de personas. En el mes de septiembre, la ex presidenta chilena amplió su informe y lamentó que el régimen de Maduro continuara con las ejecuciones extrajudiciales. Ante la 42a. sesión del Consejo de Derechos Humanos, señaló que el organismo que dirige “ha seguido documentando casos de posibles ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de las FAES en algunas zonas del país”. En su informe de julio, Bachelet había solicitado al chavismo “disolver” las FAES, el grupo de exterminio que persigue, tortura y asesina, a opositores, con el fin de “establecer un mecanismo nacional imparcial e independiente para investigar las ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo en el curso de operaciones de seguridad”.

Sin embargo, nada de eso se cumplió. Por el contrario, la situación sigue igual -o peor-. Este jueves, mientras Maduro celebraba la “victoria” que su delegación había conseguido en la ONU, se confirmó el brutal asesinato de un nuevo dirigente opositor. Edmundo Rada fue ejecutado con dos tiros en la nuca y luego calcinado. “Fue asesinado por la dictadura (…) fue un mensaje de Maduro”, denunció Guaidó.

Frente a este contexto, y luego de que un organismo de la propia ONU acusara al régimen venezolano de violar sistemáticamente los derechos humanos, el principal interrogante que se desprende es cómo la ONU llegó a elegir a una dictadura para integrar su Consejo de Derechos Humanos. Pero lo cierto es que no es la primera vez que esto sucede. De hecho, el lugar que pasará a ocupar Venezuela por los próximos dos años lo deja vacante Cuba, su gran socio y aliado. Otros países como Libia, Siria e Irak, entre otros, también han tenido un lugar en la comisión, pese a sus constantes violaciones a los derechos humanos. “Fue un mal día para los derechos humanos no solo en Venezuela, sino en el mundo. Y, a su vez, un pésimo día para la reputación del Consejo, que fue capaz de hacer ingresar a una narcotiranía como la de Maduro, que tiene un expediente horrible por crímenes de lesa humanidad elaborado por el propio Consejo de derechos humanos”, sostuvo Diego Arria, quien fue representante de Venezuela ante la ONU y presidente del Consejo de Seguridad, entre otros cargos.

El diplomático señaló que Cuba, China y Rusia fueron los que ayudaron al régimen a conseguir los votos necesarios: “La votación fue fundamentalmente lograda por Cuba, que tiene mucha experiencia y conocimiento del medio; se aseguraron que su sucesor sea Venezuela”. Recordó, además, que muchos países del Caribe durante años “fueron financiados por el chavismo”.