Se puede cortar con un cuchillo la tensión nacional. Ciudades solas, calles abandonadas, angustia, desesperación. “Algo tiene que pasar” dicen muchos.
¿Qué es lo que debe ocurrir? ¿Qué más puede suceder en un país donde sus ciudadanos perdieron la conciencia histórica del poder que tenían? De la capacidad adquisitiva que gozaban…
Hoy no queda nada. Solo vemos “Lo que el viento se llevó”, como esa vieja película, todo un clásico, muy premiada en Estados Unidos.
Como ninguna otra circunstancia en la historia de nuestro país, es la hora de los uniformados.
La ideología no funciona, las charreteras sí.
Por mucha “buena política” que pregone el nuevo dueño del partido histórico de Venezuela, la gente definitivamente no les cree. Perdieron el poder de convocatoria.
Todos los caminos están cerrados y ciertamente el propósito de las sanciones es precisamente este: Obligar al partido más grande de Venezuela, el que realmente gobierna y tiene los grandes negocios, para que actúe. Que le ponga fin a la barbarie. “Leales siempre…” con la constitución. Retomar el camino institucional, no hay de otro.
No es necesario hacer encuestas o estudios de opinión, para saberlo.
La población no encuentra ningún elemento que haga visible un cambio en los próximos meses. Solo promesas, palabras, etcétera.
Los soldados, los suboficiales profesionales y de tropa, los oficiales subalternos y superiores en su mayoría se quejan… Sus familias les reclaman. El dinero no alcanza.
¿En qué momento nos “proletizamos”, pregunta un viejo oficial del ejército?
Les respondo a él y a todos: Cada vez que permitimos que cualquier loco, incapaz, sin experiencia, sea Presidente o Jefe de Estado, Gobernador, Alcalde o parlamentario sea electo, contribuimos al deterioro de nuestra calidad de vida.
A Caracas, la “burbuja” llegó la crisis eléctrica, no tanto como en el interior pero lo que antes era un templo de luces, ya no lo es. La crisis hídrica siempre ha existido. El que vive en la capital como en la provincia, observa el vacío, el hueco sensorial, entre lo que se dice, lo que se siente y lo que se padece. Mucho peor cuando ahora vemos un nuevo round de la Oposición Vs. Oposición. Los chavistas solo observan. El que quede vivo es el nuestro dice Diosdado.
¿Si no son capaces de ponerse de acuerdo entre ellos para combatir un enemigo, como pretenden enfrentar esta tiranía?
Me disculpan y me perdonan, si los radicales encabezados por María Corina, Ledezma y todos sus artefactos mediáticos y los opositores de la MUD, del G4, del Frente Amplio que no es de frente ni es amplio, no pueden reunirse, “matarse entre ellos” y que salga uno vivo, con una sola postura, no merecen gobernar.
¿Será que Los Miserables, ahora que el clásico viene al teatro caraqueño, debemos pasarle por encima y asumir en cada región el liderazgo?
No hay salida fácil, ni recta. Guaidó no cambió la ruta, lo dije desde enero, no existía más allá de lo electoral.
Todos debemos pisar tierra y actuar. El tiempo favorece a la dictadura.
Entre sanciones y “paja” avanza la comunidad internacional, mientras usted tome su perrera si tiene efectivo, o si no camine, agarre agua y compre velas, esto puede ser más largo de lo que creía.
Los militares, los institucionalistas, el pueblo y la gente no militante ni enferma ideológicamente tienen la palabra.